"Como a las doce y media entramos al Uruguay por la calle de empalme con el camino directo de San José. Tomamos enseguida la calle (hoy Galarza) como a cuatro o cinco cuadras antes del Colegio.
La casi totalidad de las cercas de las manzanas eran de palo a pique en contacto uno con otro, pues en aquel tiempo no se conocía alambre de cerco.
Ls casas en su mayoría de techos de paja, ocupaban los ángulos de las manzanas y lo demás eran sitio.
Cerca ya del Colegio, mas o menos a la altura de la casa de Galarza (la misma que existe hasta hoy), además del cerco de palo tenían cada tres o cuatro varas, los postes por donde era y debían ser el cordón de las veredas (sumamente escasas). Y las mejores veredas eran de ladrillo de pared, bien ordinarios, y la mayor parte de ellas de piedra china suelta (pedregullo)."
Reproducimos este fragmento "Del Tiempo Viejo", que escribió Luís F. Araoz a los 88 años, cuando su memoria era lúcida, para rememorar su llegada y permanencia en el Colegio del Uruguay. Visitó esta ciudad en abril de 1914.
Fue alumno-interno del Colegio del Uruguay entre 1857 y 1863.
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